Una nueva esperanza

Una nueva esperanza

¿Qué más podemos esperar?

La pandemia en sus mayores índices, la nieve colapsa la ciudad, la ausencia de clientes es extrema… Si viniese mañana E.T. para hacerse unas mechas, me lo creería!!!

¡Bienvenido 2021! Has empezado fuerte, sí. Más vale que pongamos algo al otro lado de la balanza para equilibrar las emociones porque vamos a salir muy tocados de todo esto.

Por ahora las noticias son pésimas. He tenido que reestructurar mi equipo y prescindir de una de mis flores más carismáticas. Perdemos tu talento, tu profesionalidad, tu alegría y esa forma de ver la vida. Sólo tú puedes darle la vuelta a situaciones complicadas y convertirlas en anécdotas. Nos dejas tantas cosas… que será imposible no recordarte.

«Hay más gente que personas. Pero escucha, que tú en algún momento habrás sido gente!!!» Ay Ana, no ha podido ser. Imposible mantener a todas mis flores. No hay visitas, no hay money. Y espero que no haya nadie más…

Es difícil digerir que, una peluquería que había crecido un 25% en los tres últimos años, corra el riesgo de desaparecer. Es complicado aceptar que, hace un poco más de un año, buscaba abrir una segunda sucursal y ahora me esté aferrando a la supervivencia.

Ando buscando soluciones, una vez más, para resucitar del caos que nos rodea. Busco asesoramiento en otras personas y  unos piensan que lo mejor es quedarse quieto ante el vendaval y otros que es el momento de posicionarse: «de perdidos al río». A mí el cuerpo me pide cambio, pero habrá que reflexionar sobre las experiencias pasadas.

¿Qué harías tú?

Hay tanta incertidumbre… No sabes si te van a cerrar dentro de tres días. Y el miedo hace que, pese a que estés con todas las medidas de seguridad, las personas reduzcan su movilidad, eso si no estás confinado en tu área.

Y mirando hacia atrás observo que cuando el miedo me paralizó, me hizo sufrir. El periodo del 2012 al 2015 fueron muy duros. Años sin expectativas… Me llegué a alejar de mi propia filosofía hasta ver que era un garabato de mi mismo y ahora, sinceramente, no tengo las ganas ni la energía para pasar por ese trance.

Ando buscando suelo para impulsarme, un suelo donde crezca una nueva historia. La experiencia me dice que ante la adversidad debes generar nuevas ilusiones y que la única manera de alejar tu cabeza del pesimismo es mostrándole una nueva esperanza.

Es el momento de estar abierto a nuevos desafíos y tomar decisiones.

¿Una nueva transformación?… quizás.

 

 

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