¿Podrá el lado oscuro con la gran escuela Jedi?
Llevo observando desde hace algún tiempo que hay clientes que quieren venir por la tarde y no podemos daros el servicio porque nosotros cerramos a las 19.30 y es demasiado tarde. Estoy estudiando la posibilidad de cerrar a las 20.30 incorporando una persona más al equipo. Y no os imagináis lo complicado que resulta contratar a una persona que esté en una dinámica parecida a la nuestra.Y es que falta calidad, falta escuela.
¿A qué me refiero con qué falta escuela? Os lo explico. En los 70 y los 80, las empresas de peluquería estaban regentadas por peluqueros. Si, es verdad que a estos peluqueros se les tachaba de malos gestores ya que la mayoría de ellos no tenían los estudios ni conocimientos necesarios para llevar una empresa, pero por otro lado a ninguno de estos peluqueros había que enseñarles las «formas» de atender a los clientes y mucho menos como debían formar a sus equipos para dar el mejor de los servicios. Y generalmente esas «formas» eran inculcadas de igual manera en todas las empresas. Los equipos estaban formados por aprendices, ayudantes y oficiales. Cada categoría era importante, hasta tal punto que no ascenderías a una categoría superior hasta que no tuvieras controlada la actual. Todo había que ganárselo, desde el respeto a tu oficial (que era el que te iba a enseñar) y el respeto a la «casa» que te iba a dar la oportunidad de crecer. Cómo olvidar los entrenamientos una vez a la semana y las actividades extralaborales (los Martes de L’oreal) a las que ibamos todos juntos…
A mediados de los 80 y los 90, los «referentes» a los que seguíamos eran las mejores «escuelas del mundo», Tony & Guy y Vidal Sassoon ¿Os suena?. Sus salones tenían personal con formación continua, de tal manera que para pasar de una categoría a otra debían realizar un exámen, un control de calidad que certificase su conocimiento y compromiso con la empresa. Mala no sería la cosa cuando los «referentes actuales» son pupilos de aquellas escuelas. Algunas de las empresas españolas de entonces estaban convirtiéndose en cadenas de peluquerías y su principal preocupación era crear un estilo, un sello identificativo de todas sus sucursales y una misma «forma» de hacer las cosas. Así que tomaron el ejemplo inglés y crearon grandes escuelas donde el personal se formaba continuamente. Llongueras, Rizo’s, Cebado y Luis & Tachi (de la cual fuí Director durante !0 años) son claros ejemplos.
Pero los tiempos cambian!!! Y los modelos de negocio también…
Por un lado la aparición del modelo «Low Cost». Personal temporal de corta duración, sin formación. Son la única oportunidad que tienen los estudiantes de peluquería para incorporarse al mercado laboral. La figura de aprendiz ha desaparecido. Los alumnos salen de la escuela y en las empresas Low Cost le ponen unas tijeras en la mano. Vamos allá!!!. Ahora cualquiera es oficial en dos años. Es como una escuela de perfeccionamiento pero sin que nadie te instruya. Es mejor no hablar de sus condiciones de trabajo…
Por otro lado los grupos de inversión estan comprando las cadenas de peluquerías. Los dueños son gestores que abren negocios con personal temporal, sin formación para sus equipos (total para qué, si están de paso) en condiciones de trabajo como 40h de Jueves a Domingo, trabajando hasta las 12 de la noche…y vacaciones impuestas. El personal está achicharrado pero el negocio es el negocio. ¿Donde ha quedado el ADN de aquellas empresas?
¿Podrá el lado oscuro con la gran escuela Jedi?
El futuro incierto es…mi joven padawan (Yoda).