Al otro lado de la cortina roja.

Al otro lado de la cortina roja.

– «¡¡¡Vamos chicas, vamos a abrir las puertas!!! Esa sensación de la primera vez, de nervios mezclado con entusiasmo y de incertidumbre por cómo íbamos a vivir ese primer instante… Una cortina roja separaba a peluqueras y clientes de El jardín de Juan.

De un lado, en la recepción (repleta de material desechable y productos desinfectantes e higienizantes), las peluqueras ataviadas con batas, mascarillas y con un claro mensaje de normalidad y precaución. Del otro, las clientas con tres dedos de raíz y también con mascarillas, expectantes y con los miedos propios del momento esperando en la calle con sus medidas de seguridad. Un encuentro esperado. Todo estaba organizado y preparado para que, en ese nuevo escenario, percibiérais una sensación de confianza (muchos clientes me han felicitado por este motivo).

Al correr las cortinas te das cuenta de lo muy necesarios que somos. De lo importante que es nuestra labor socialmente. Vuestros ojos por encima de la mascarilla lanzando un mensaje de ¡¡¡por fin, como os echaba de menos!!!  Y aunque la premisa era no hablar demasiado del tema, era inevitable preguntar ¿cómo estás?, ¿y la familia? Preguntas de corazón y con la esperanza de que la respuesta fuera… – ¡todos bien! Y ¿vosotros?. – Nosotros bien, afortunadamente.

No hay besos, ni abrazos (madre mía cómo los echo de menos) y la mascarilla elimina la expresividad de nuestros gestos a la vez que provoca sequedad en la garganta cuanto más hablamos. Por encima de las mascarillas, los ojos, miradas que muestran historias… algunas desafortunadas.

Aún así, pese a las dificultades, hemos sabido de vosotr@s y de cómo habéis vivido este momento. El vínculo clientes/peluquer@s se ha visto fortalecido y hoy más que nunca, toma valor los lugares donde tuvimos una experiencia agradable y personalizada. He podido observar el cariño y la profesionalidad de mi equipo. Se han mostrado sensibles y comprensivos ante un cliente que necesitaba estímulos nuevos para seguir adelante. Es algo que me agrada enormemente.

Es una nueva época (no sabemos lo que durará). El cliente se muestra solidario, entiende la nueva situación y valora las nuevas medidas. No hay «prisas» en un ambiente de cordialidad y respeto. «Ahora mismo lo que deseo es vivir este gran momento, sentirme cuidada y bella».

Hace ya un mes y medio que corrimos la cortina roja. Y seguimos ofreciendo ese espacio de seguridad…. Nuestro sector se benefició en primera instancia de que tuviérais tiempo para venir cualquier día y hora de la semana, y ahora las cosas van cambiando. Se acabó el efecto «champagne» y ya hay clientes que vuelven a su normalidad. El teletrabajo queda para algunos y no sabemos por cuanto tiempo. La agenda se llena sólo el fin de semana y nosotros con aforo limitado…

Vienen tiempos complicados. Observaremos cómo nuestro cliente pierde poder adquisitivo, incluso su trabajo. Ya estamos viendo cómo han disminuido el número de visitas de manera alarmante y que muchos salones cierran sus puertas.

– Bueno, John Garden y si sabías que ésto iba a ocurrir, ¿por qué has abierto?

Pues la respuesta es sencilla. Porque pienso que tengo una base sólida de clientes satisfechos y un superequipo conmigo. Porque el trabajo de actualización en estos últimos años de esta empresa nos dará el crédito suficiente para seguir adelante. Y porque cada vez que veo los trabajos en mi salón digo… hay pocos sitios en Madrid con esta calidad!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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